viernes, 3 de julio de 2015

Garbanzos guisados

  • Garbanzos
  • Cebolla
  • Pimiento verde
  • Pimiento rojo
  • Tomate
  • Chorizo fresco dulce
  • Lomo adobado
  • Pechuga de pollo
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal marina fina
Poner a remojo la noche anterior los garbanzos en agua fría con un poco de sal gruesa. Tras remover un poco el agua, para distribuir garbanzos y sal, vemos como el agua se enturbia por la suciedad de los garbanzos. Además, como los garbanzos creceran al hidratarse, no esta de más que se vayan salando. De no añadir sal, quedan demasiado suaves, y el guiso les mataría todo el sabor.

Salteamos el chorizo cortado en dados, para que suelten su pimentón y grasa. Rehogamos, a continuación, las verduras, comenzando siempre por la cebolla sazonada. A continuación salteamos el lomo, cortados en daditos. Añadimos un tomate maduro, cortado en dados, y lo sofreimos con el resto. Escurrimos los garbanzos (recordemos que el agua esta sucia) y los añadimos a la cazuela, para rehogarlos bien y que cojan todo el sabor. Cuando tome color, cubrimos con agua y guisamos hasta que esten cocinados. Una vez finalizado, introducimos la pechuga sazonada y dejamos que el calor residual la cocine (de añadirla al principio, estaría seca).

No soy amigo ni de pelar los tomates ni de endulzar las salsas de los mismos. Me gusta el tomate, tal y como es, con su acidez, su piel, su carne y sus pepitas.

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